La noche madrileña del 25 de abril se presentaba en Café Berlín con un concierto de la gira de Julia Medina. La banda subió al escenario y seguido de ellos, Julia. El público estalló en gritos y aplausos. Sin preámbulos, empezaron a tocar la primera parte del concierto, totalmente dedicada a canciones más antiguas como No me despedí e Idas y venidas, entre otras. «Ahora tocamos el nuevo EP, no os preocupéis», explicaba la artista entre risas.
Julia se declaró monologuista y así lo demostró. Durante todo el concierto interactuó con su público hasta, incluso, en la penúltima canción Este amor no se toca, se metió entre los allí presentes a bailar y cantar junto a ellos. La conexión con sus ‘fans’ fue mágica.
«Esto va para esas parejas que lo dejan y vuelven, lo dejan y vuelven, y así, una y otra y tres veces, y cuatro…» , afirmaba Medina para presentar La cuarta parte, canción en la que público, entre risas y comentarios, lo dio todo junto a la artista.
Hubo momentos más suaves, baladas que nos hicieron cantar a todo pulmón, pero luego, también explosiones de energía pura que nos dejaban sin aliento. Se atrevió a cantar canciones que tenía muy adentro de ella junto a Alberto, su pianista, abriéndonos así, su corazón y dejándonos la fibra sensible.
Y, así, entre risas, sudor y música, la noche concluyó con el mejor sabor de boca con, evidentemente, ADIÓS.
Nerea Lledó