Entrevista a Carla Subirana, directora de Sica: “Solo la naturaleza nos podrá devolver a nuestra esencia”

Carla Subirana, directora de Sica

Hoy tenemos en Double G a Carla Subirana, directora de la película Sica que se estrenará el próximo 19 de mayo en cines.

En primer lugar, ¿estás contenta con el resultado de la película?

Sí, muy contenta y con ganas de vivir el estreno. Ha sido un proceso largo porque empecé en el 2016 y estamos en mayo del 2023, o sea que es un camino largo, pero es bonito llegar al final y entregar la película a los espectadores.

Siete años de grabación, ¿qué te ha motivado a dirigir y a escribir esta película?

Bueno, siete años de grabación, no. Primero, ha habido parte de investigación. Yo llegué caminando a Costa da Morte en 2016. Yo soy catalana, venía por el camino del Norte con mi compañero, descubrimos que existía este camino y dijimos: “Vamos allá, va a ser increíble”. El impacto que me supuso ver ese paisaje y la brutalidad del océano fue la semilla de la película. A lo largo de tres años estuve haciendo un trabajo de investigación porque yo vengo del mundo documental y para conocer a la gente de la tierra, las leyendas y su historia tenía que hacerlo. Escribí el guion y rodamos en invierno. Hicimos tres rodajes del 2020 al 2021 y luego, la hubo otro rodaje aparte acuático. Después, montar, fue también un proceso de cinco meses largos.

¿Cómo se ha desarrollado el trabajo con los actores, especialmente con Thais García, la protagonista?

Sica tiene una peculiaridad que, actualmente en el cine hoy, está muy presente y es la mezcla de actores profesionales con actores no profesionales. En el caso de la madre de Sica, es una actriz profesional, Nuria Prims, que hace del personaje de Carmen y todos los demás que aparecen en la película, a excepción del portugués que es también profesional, todos los demás son adolescentes de Costa da Morte que no habían hecho ni teatro.

¿Fue, entonces, su primera vez?

Sí, su primera vez. Hicimos un casting de chicos y chicas y ahí, aparecieron los personajes principales que eran de Costa da Morte porque a mí me interesaba que fueran de allí. No me interesaba un chico de Coruña o de Santiago, quería alguien que estuviera familiarizado con el lugar.

En cuanto a la localización, Costa da Morte, ¿qué dificultades habéis encontrado al grabar en un sitio tan peligroso como este?

Lo que es peligroso es el mar porque Costa da Morte está ubicado donde se unen las corrientes del Cantábrico con las del Atlántico. Es una de las costas más peligrosas del mundo, ya que se han documentado más de 500 naufragios.

A la hora de meter, por ejemplo, todo el equipo de grabación, ¿habéis tenido inconvenientes?

Fue una temeridad por rodar en invierno. Todo el mundo nos decía que estábamos locos por grabar en esa fecha ahí. Pero claro, queríamos ese viento, ese cielo, ese mar bravo. Necesitábamos esa paleta de colores y esa atmósfera que te da la naturaleza y que te dan los elementos climatológicos propios del invierno.

¿Qué mensaje final quiere transmitir esta película con toda la evolución de Sica, la protagonista, desde que pierde a su padre hasta el final?

En Sica hay varios temas. Uno de los temas centrales sería el viaje que hace la adolescente hacia la madre. Es decir, el viaje de entender que, aunque ella ha mitificado a la figura materna que en realidad es ausente por ser marinero, la persona que ha estado a su lado siempre ha sido su madre. Sica necesita todo un recorrido vital para comprender eso. Por un lado, es el viaje de la heroína hacia la madre. Por otro lado, es la madre naturaleza. Los seres humanos siempre estamos a merced de ella. Es madre y maestra. Otra de las cosas que se muestra es que precisamente esa naturaleza está mostrando un desequilibrio. Finalmente, nuestra heroína, Sica, solo logra alcanzar la armonía a través de la llegada de Ofelia. Es como esa idea de que solo la naturaleza nos podrá devolver a nuestra esencia.

Fotografía de la película

Sica se presentó recientemente en el Festival de Málaga, ¿cómo fue allí su recibimiento?

Primero, la estrenamos a nivel mundial en la Berlinale y fue maravilloso poder ir a un festival así, fue un regalo para Sica. Luego, se estrenó en la Sección Oficial del Festival de Málaga. Es muy bonito y a la vez son festivales muy diferentes con públicos distintos. Es interesante cuando haces una película, como decía Walter Murch (montador de sonido de ‘Apocalypse Now’ y otras películas), una película tiene varias vidas y muertes. La última vida es la que le da el espectador. Tú haces todo un proceso como creador, pero finalmente, la regalas y ya no es tuya. Entonces, es bonito ver y escuchar las reacciones de un público internacional. Luego, el público de Málaga también y ahora, la estrenaremos en Galicia, que es donde está rodada, y será diferente seguramente porque cada uno percibe cosas distintas de la misma película. Seguro que vosotros os ponéis a hablar de la película y cada uno ve cosas diversas. Eso es bonito. Tiene capas la película.

No es lo mismo cómo lo interpretará alguien de fuera de España que alguien de este país, ya que conoce más esta cultura y demás, sobre todo en Galicia.

Correcto.

¿Qué desafíos has encontrado como mujer en esta industria que está dominada por hombres mayoritariamente?

Muchos. Cuando yo hice ‘Nadar’ en 2008, el porcentaje de mujeres directoras estaba entre un 7% y un 10%. Actualmente, hay muchas mujeres muy talentosas de unos treinta o cuarenta años que están yendo a festivales internacionales y que están siendo modelos para otras mujeres jóvenes. La cosa ha cambiado mucho, pero sigue habiendo trabajo por hacer porque todavía hay una gran desigualdad a nivel de números y de estadísticas sobre mujeres cineastas. ¿Quién tiene el liderazgo en una película? ¿quién la produce? ¿quién la dirige? ¿quién la escribe? Si en estos puestos cada vez hay más mujeres conseguiremos que también haya más relatos desde el punto de vista de la mujer que es la mitad de la sociedad y eso es esencial. Respondiendo directamente a tu pregunta, siempre tenemos que demostrar el doble, es decir, para llegar al mismo lugar tenemos que hacer el doble de kilómetros.

¿Notabas más esas dificultades cuando empezaste que ahora?

Claro, ahora se normaliza más el hecho de que haya una mujer directora. En aquella época, quizá estaba también visto como una casualidad que estuvieras allí. Era como “ay qué mona, ha hecho su primera película, qué casualidad”. Ahora, al ser una cosa más constante y que cada vez hay más, ya se está naturalizando y se está viendo que hemos llegado para quedarnos, que no es una casualidad. Queremos contar nuestras historias desde nuestro lugar y cada una desde sitios muy diferentes porque el que seamos mujeres no quiere decir que tengamos el mismo lenguaje, la misma sensibilidad o cercanía. Se ha normalizado y se está notando poco a poco.

¿Crees que has perdido oportunidades en el mundo del cine por ser mujer?

Básicamente, esto sigue pasando. Por ejemplo, productores que la mayoría son hombres cuando ya manejan presupuestos más altos de tres millones de euros o así, el porcentaje de mujeres baja en picado. Si estamos hablando ahora de que nos movemos entre un 22% o 33%, estamos hablando de presupuestos pequeños, de películas pequeñas o medianas como mucho. En las que hay mucho presupuesto, no hay mujeres. Entonces, al final, las de gran presupuesto son las que más llegan al público, las que tienen más oportunidades de ser vistas, ¿no? Todavía hay ahí una barrera.

Cartel de Sica

De cara al futuro, ¿algún proyecto que tengas en mente? ¿Vas a seguir explorando con este tipo de películas en gallego o vas a continuar por otro tipo de camino?

Primero, descansar (risas). Después, tengo un territorio entre y ceja que es el pequeño pueblo de Pallars Jussà en Lérida, donde nació mi abuela. Ella fue la mayor de una familia muy pobre que tuvo que irse con 12 años a trabajar como criada. Primero, a un pueblo, después, a otro pueblo más grande y finalmente, a Barcelona. Su historia me parece muy dura, pero a la vez muy fascinante por todo lo que ella vivió. Entonces, ese territorio me llama la atención. Creo que algo muy bonito que tenemos los cineastas es una responsabilidad de vincularlo a nuestros territorios y, si es el nuestro, todavía más porque es desde un lugar de más esencia.

También ahí tienes ya un trabajo previo hecho porque lo conoces y no tienes que documentarte de una forma tan exhaustiva como con Sica.

Sí, pero igualmente cuando haces un proceso creativo debes tener esa distancia. Por un lado, tienes camino hecho, pero por otro, tienes que aprender a distanciarte.

¿Te da un poco de miedo contar una historia más personal?

No porque mi primera película está narrada en primera persona, salgo yo incluso físicamente y es la investigación de por qué fusilaron a mi abuelo en el año cuarenta después de cometer tres atracos a mano armada. En el fondo es una excusa narrativa como lo es Sica que es para hablar de una familia de mujeres marcada por la ausencia masculina. Es el mismo tema. Por tanto, no me da miedo porque ya lo he hecho.

¿Te sientes cómoda haciendo este tipo de contenido, entonces?

Al final, cada creador decide desde dónde crear y para mí, como decía Úrsula K. Le Guin, la creación sea cine o literatura es una mezcla de imaginación y de experiencia. Lo que le va a llegar al espectador es aquella parte de verdad que tú has vivido y que tú has podido sentir en tu propia piel. Entonces, esa herida de la ausencia paterna, por ejemplo, es algo muy personal que está en Sica, pero que yo como conozco y he vivido, puedo hablar de eso.

Raquel Cazorla y Javier Ballester

Publicado por Double G

Double G es un medio creado por gente joven con el fin de entretener e informar de las novedades del sector musical, cinematográfico, de lectura, moda, etc.

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